Posts etiquetados ‘Javier Raduá.’

Hola a todos. 

Hoy me gustaría hablar de una alpinista que es un orgullo para todos los deportistas de este país. Ella es Edurne Pasaban,

Edurne Pasaban

la primera mujer en coronar los catorce ochomiles, 14×8000. Una mujer que nunca pensó en decicarse plenamente al alpinismo, por eso se dedicó a completar sus estudios de Ingeniería Técnica Industrial  después obtuvo un Master en Gestión de Recursos Humanos por la Business School de ESADE en Barcelona, sin duda, todo un reto. Sin embargo, se ha convertido en la alpinista femenina de referencia a nivel nacional e internacional.

Después de la polémica surgida por la ascensión al Kangchenjunga de la sur coreana Miss Oh, Miss Hawley, la juez del alpinismo mundial, ha comunicado a la montañera que no reconoce la subida de la sur coreana.

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Hola a todos.

Hay días, en los que uno se para a pensar en lo que le deparará el futuro, en lo que ha sido su pasado, y en lo que está viviendo en este mismo instante. Hoy es un día de esos.

Mientras estaba tumbado tomando el sol en la piscina, con los ojos cerrados iba pensado en mis entrenos, en todo el camino que me queda por recorrer para poder acabar un Ironman. Son muchos los entrenos y las carreras que voy a sumar  y eso me da miedo. Tengo ese miedo a pensar en qué sera de mí al llegar ese momento. ¿Estaré preparado?,¿habrá asuntos en mi vida personal que me lo impidan?,¿tendré alguna lesión? No lo sé, lo único que sé es que va a ser un largo camino. Un camino en el que cada vez que, como hoy, me pongo a pensar, se me pone la piel de gallina, y si pienso en el hipotético caso de llegar a cruzar la meta casi que me emociono.

Y es que un Ironman no es «moco de pavo». Supone un esfuezo paquidérmico, no sólo el día de la carrera, si no todo lo que conlleva su preparación. Aún no he competido en nada por el estilo, pero para mí, después de tanto tiempo dañando mi cuerpo a base de tabaco, cruzar la línea de cualquier carrera de corta, media o larga distancia. es como para echarse a llorar. Por que me vienen a la mente muchos recuerdos buenos, y pienso en quién he sido, quién soy a hora y quién voy a volver a ser. Recuerdos como cuando jugaba a tenis, que en educación física si había que dar diez vueltas al recinto en diez minutos, yo dí doce. También en tenis, cuando recogí mi trofeo por haber ganado a todos mis compañeros del club, y muchos más recuerdos que hacen que me sea más fácil seguir adelante en esos momentos de incertidumbre, en esos momentos de reflexión.

Sé que algunos piensan que esto ya se me pasará, que es sólo un arrebato que me ha dado, pero son los mismos que poco hicieron para ayudarme a dejar de fumar. Los mismos que pensaban que no iba a superar una oposición después de un año de clase, cinco horas seguidas, un día a la semana. Estos no me preocupan.

Los que me preocupan son los que me decían: Javi, tienes que dejar de fumar, y que ahora me dicen con una sonrisa en la cara: no te pegues estas palizas, ¡que te va a dar algo!. O los que me animan a seguir adelante, o simplemente les apetece acompañarme en algún entreno, carrera, etc. A estos es a los que me preocupa decepcionar. Me preocupa que llegado el momento, me quede atrás y no pueda hacer lo que he prometido. Pero es ese miedo, esa preocupación la que a la vez me llena de presión. Es como si me hiciera correr más rápido, entrenar mejor, en definitiva es cómo si me ayudara a hacer más llevadera la transición de fumador a triatleta.

Mientras tanto, seguiré con ese miedo. Y pensaré en casos que me llenan de moral como el de una chica, llamémosla X. Que de tanto verme con la bicicleta, de tanto explicarle yo mis «películas» deportivas, que si la superación personal, el trabajar el cuerpo y la mente etc, la he motivado hasta tal punto que a sus treinta y tantos ha sido capaz de llamar a sus sobrinos, y decirles de manera contundente: ¡quiero aprender a ir en bici!. Y así fué, les llamó, la enseñaron, y ahora sabe andar sobre dos ruedas. Le queda mejorar la técnica, los giros, la posición, pero…¿y qué? Yo me quedo con la barrera que ha sido capaz de superar, según ella gracias a mí, y según yo, gracias a ella. Todo reside en las ganas que uno tenga. Ella tuvo ganas, y ahora sabe ir en bicicleta y estoy seguro de que se siente pletórica. Es para mí una IronWoman.

Ahora, sigamos adelante que el camino es largo, un camino que nos convertirá en hombres de hierro a todos.

¡VAMOS!

Javier Raduá

27/8/2010

 

Hola a todos.

Llevo 3 días seguidos de guardia, con guardias de 14 horas el sábado,12 el domingo, y 10 horas hoy lunes. Estamos con el aire acondicionado estropeado, cosa que hace que uno deba beber y beber litros de agua si no quiere que lo metan en una caja de pino antes de hora.

Pues aunque parezca mentira, ha sido gracias a eso que he descubierto que debo estar agradecido por el trabajo que tengo. Sí, así de claro. Aunque trabaje cara al público, cosa que a veces «quema» mucho, por que la gente es ultraexigente y a veces sobrepasan los límites con insultos, agresiones etc. Debo de estar agradecido por que hoy me apiado del panadero que debe soportar temperaturas altísimas y sudando sin parar, del taxista que se pasa horas y horas sentado, del oficinista que al igual que el taxista no despega su trasero de la silla en mucho rato, y un largo listado de profesiones con las que hoy me solidarizo. Y es que en mi trabajo, aunque estemos sin aire acondicionado, tenemos el privilegio de poder levantarnos de la silla y estirar las piernas, de salir a la calle a que nos de el aire, y si queremos tomar un refrigerio, lo hablamos con el compañero y ya está.

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 V Duatló de muntanya de La Secuita 15/8/2010.  

Hace 4 días, el domingo 15 de agosto de 2010 participé en mi primer duatlón, un duatlón de montaña, Duatló de la Secuita organizado por Niltravel que consistía en:

4km corriendo+15 km de bicicleta+2,5 km corriendo

Mi bicicleta en boxes.

Mi bicicleta en boxes.

 Tengo que reconocer que después de conducir con el coche durante 1h 15 min, llegar hasta La Secuita y ver las «cacho bicicletas» que llevaban algunos, me daba pereza participar. Yo creo que era más vergüenza que otra cosa. Y es que claro, cuando uno ve que la mayoría de las bicicletas que había allí superaban de media los 1500 euros al lado de la mía que no debe valer ni 80…pues eso.

Pero en ese momento de reflexión de ¿que hago aquí?, apareció él, un hombre de unos sesenta años con una bicicleta parecida a la mía, una bicicleta de más de 10 años, sin amortiguación de ningún tipo, de hierro, y con frenos cantilever (diría que ya no hay en el mercado ninguna bicicleta con este tipo de frenado). Fué mi salvación, tal y como lo ví, supe que debía correr, fuera como fuera.

La carrera en sí es bastante «planita» aunque los desniveles con rocas, trialeras etc, no te los quita nadie. Correr por el campo y tampoco es moco de pavo. Por ello se me atragantó un poco la carrera al principio, porque se formó un embudo al poco de empezar que hizo que se estirara todo el pelotón ganando así mucha ventaja los de delante y perdiendo mucho tiempo los de detrás. También empecé a darle vueltas a lo que me esperaba con la bicicleta mientras iba viendo el circuito por el que debía pasar.

4 km corriendo

15 km en bicicleta

 Pero de todo hay que salir, así que decidí tirar para adelante lo mejor posible. Iba con tanta motivación, que adelante algunas posiciones en bicicleta, hasta que tuve una caída. Me volvieron a adelantar, pero poco les duró la alegría. La verdad es que la caída fue un problema, hizo que me viniera un poco abajo y rodara algo más lento que antes.  Pero más o menos me fuí reponiendo.

El problema es que cometí un error de novato en la transición Bike-Run, me iba corriendo con el casco puesto, y gracias a otro corredor que me avisó, seguí para adelante. Ese corredor anónimo tuvo el detalle de guardáremlo y así pude continuar y completar los 2,5 Km que me quedaban para acabar la carrera. Al final, mi tiempo (no oficial) fué de 1h 23 min.

En definitiva, y lo más importante que ¡DISFRUTÉ MUCHÍSIMO!. Me lo pasé genial yo solito, como un niño con zapatos nuevos, y me sirvió para ir adquiriendo mayor experiencia en el mundillo.

El precio de inscripción unos 15 euros. Al llegar, a cada corredor nos dieron una Coca-Cola o Aquarius, un trozo de coca y la camiseta de la carrera.

Camiseta Duatló de La Secuita

Calcetines después de la carrera

Pequeño recuerdo de la caída